El carácter consciente de la deriva de Debord es lo que la distingue de la flanneurie de Baudelaire (era un mero callejeo ocioso e indolente ).
Una manera que propone Debord de la deriva es lo que llama"cita posible".
Una o varias personas que se abandonan a la deriva renuncian durante un tiempo más o menos largo a los motivos para desplazarse o actuar normales en las relaciones, trabajos y entretenimientos que les son propios, para dejarse llevar por las solicitaciones del terreno y los encuentros que a él corresponden.
Descubren con esta experiencia que la parte aleatoria es menos determinante de lo que se cree: desde el punto de vista de la deriva, existe un relieve psicogeográfico de las ciudades, con corrientes constantes, puntos fijos y remolinos que hacen difícil el acceso o la salida a ciertas zonas.
Las enseñanzas de la deriva permiten establecer los primeros cuadros de las articulaciones psicogeográficas de una ciudad moderna.
Más allá del reconocimiento de unidades de ambiente, de sus componentes principales y de su localización espacial, se perciben sus ejes principales de paso, sus salidas y sus defensas.
Se llega así a la hipótesis central de la existencia de placas giratorias psicogeográficas.
Se miden las distancias que separan efectivamente dos lugares de una ciudad que no guardan relación con lo que una visión aproximativa de un plano podría hacer creer.
Se puede componer, con ayuda de mapas viejos, de fotografías aéreas y de derivas experimentales, una cartografía influencial.
Quizás el concepto de cita posible esté sintetizado en aquella bellísima frase de Cortázar en Rayuela:
"andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos".
Incluso el propio mecanismo narrativo de Rayuela, con su multiplicidad de lecturas posibles, puede interpretarse como una especie de deriva literaria.
Los situacionistas sostienen que la crítica del lenguaje dominante, su desvío, va a convertirse en la práctica permanente de la teoría revolucionaria.
El párrafo que sigue es muy claro en tal sentido, y recuerda el contexto de Alphavville, la ciudad represiva imaginada por Godard donde todos los libros están prohibidos salvo el diccionario:
"Dado que todo sentido nuevo es llamado contrasentido por las autoridades, los situacionistas proponemos instaurar la legitimidad del contrasentido y denunciar la impostura del sentido establecido dado por el poder."
Ya que el diccionario (al que Mustapha Khayati llama cofre de las palabras cautivas) es el amo del hablar y del pensar, el compendio del lenguaje heredado y domesticado y el guardián del sentido existente, se proponen destruirlo sistemáticamente.
Se trata de :
liberar a las palabras cautivas de su significado habitual de atreverse a sondear en la búsqueda de aquel contenido oculto y provocador de una nueva visión
Así ..en este pequeño homenaje a los situacionistas liberamos a la palabra deriva de las garras del prepotente diccionario ....“estar a la deriva “ deja de ser sinónimo de abandono y desatención ,de divague sin propósito noble para convertirse en sinónimo de relevamiento sensible de un renovado “mapa urbano” donde el territorio no es un mero hecho físico externo sino una interpenetración de nuestro ser y el sitio mismo (psicogeografía) .
Las imágenes corresponden al extraordinario proyecto del arquitecto Konstantin en su ciudad utópica bautizada Nueva Babilonia.
Salud
Marcelo