“....los ojos ven, lo que están acostumbrados a ver...."
Jorge Luís Borges
Supongamos por un momento que ya no ven lo que usualmente ven. Entonces esto que creíamos conocer se disuelve, las palabras se funden, las personas y su modo de existencia usual se desdibujan sin la piel como sostén. Es difícil empezar a mirar con los sentidos, con las manos, dejando que el material fluya y construya, ya que estamos acostumbrados a mirar con la cabeza, esperando encontrar allí lo que pensamos que es.
Cada uno percibe, siente, entiende y sabe cosas comunes pero distintas. Tratando de enriquecer los posibles puntos de vista, detectando lo invisible, los nudos, los silencios, las fisuras, los acoples, las estridencias, los hitos, las saturaciones, la lentitud, la velocidad, los cromatismos, las distintas apropiaciones del lugar, los vacíos, las barreras, los bordes, los cortes o continuidades; dando rienda a la imaginación, a lo poético, a la metáfora, cada uno comienza a construir un territorio.
Navegando por el agua….
Bajo el agua,
el fango resbaloso en donde el pie se hunde….
Desde el verde….
Marcando ritmo, direcciones, texturas…
Lo enmarañado del follaje,de las raíces,
de los vínculos…
Mirando hacia el cielo,la luz recortada que dibuja....
El ruido del agua nocturna...
Mirando en donde intervienen y se relacionan, se han dejado afectar por el mundo sensible, donde construyen una subjetividad que les permite entender al mundo como conjunto heterogéneo de fuerzas en constante movimiento.
Gra
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