martes, junio 11, 2019

Vino de la costa



Durante el período de la inmigración masiva del que la costa del Río de la Plata fue protagonista singular por su historia portuaria, en las tierras bajas de las islas y del monte costero muchos de los pioneros, principalmente españoles e italianos cultivaron intensivamente sus " quintas" de verduras, hortalizas, frutales y vides, aprovechando la cercanía al mayor mercado consumidor del país: la ciudad de Buenos Aires.
La implantación de la vid americana (Vitis labrusca) bajo el sistema de parral rápidamente se adaptó a las condiciones locales, dando como resultado un vino diferente por su aroma frutado y sabor característico, que sigue siendo en la actualidad reconocido por la población de la zona.
 Se cultivaron principalmente vinos de uva americana o isabella, aunque también de ciruela, blancos y rosados.
 Por ejemplo, hasta mediados del siglo XIX varias quintas cuyos territorios actualmente son parte del centro de la ciudad de Buenos Aires eran productoras de vino, entre tales cabe destacar la de San Benito de Palermo cuyos terrenos dieron lugar al populoso e hiperurbanizado desde la segunda mitad del siglo XX barrio de Palermo y su anexo Parque Tres de Febrero.

 El presente artículo desarrolla el resurgimiento de la producción y los fundamentos en base a la identidad de viñateros que lo vuelven a producir y de consumidores que buscan en productos típicos principios de inclusión basados en la historia, la naturaleza, tradiciones. 
Recientemente en Argentina se empiezan a considerar iniciativas de desarrollo rural basadas en la valorización de productos típicos. En este contexto, desde 1999, la participación de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la UNLP ha permitido contribuir desde las funciones de enseñanza, investigación y extensión, al retorno del vino de la costa como una alternativa económica y cultural en la región. 

El caso del vino de la costa de Berisso es un buen ejemplo para dar respuestas a la emergencia de productos tradicionales o patrimoniales en tiempos de globalización 
Partimos del supuesto que la valorización de productos agroalimentarios típicos o patrimoniales, tanto de sus atributos intrínsecos como de los intangibles (que devienen de las referencias identitarias, históricas y territoriales), permiten dinamizar territorios, articulando consumo y producción, con una lógica basada en la especificación de los recursos técnicos locales reconociendo a las culturas alimentarías locales.
 Esta categoría de alimentos retoma la noción de territorio priorizando la construcción social y el vínculo con la cultural local, dándole una profundidad histórica y valorizando los saberes y aprendizajes sociales que le dan un estatuto determinado a los productos.
Referencias teóricas movilizadas. Cuatro consideraciones justifican la necesidad de análisis en este caso, tanto desde el punto de vista científico, para la construcción de conocimiento en este campo, como desde el punto de vista operacional, para orientar las acciones de los diversos actores implicados en los procesos de cambio en curso:

 (1) los viñateros afirman su identidad en su oficio, ciertos productos agroalimentarios resultantes, son constructores de significados y se sostienen en expectativas particulares y representaciones sociales;

 (2) los consumidores buscan y acentúan a través de la selección de determinados alimentos marcadores la búsqueda de referencias identitarias;

 (3) identidad y calidad mantienen relaciones complejas y a veces contradictorias, ya sea porque ciertos productos, que gozan de identidad territorial, no cumplen con las exigencias sanitarias reglamentarias, ya sea porque esos productos no se encuadran en las normativas obligatorias y/o buenas prácticas, ya sea por las imitaciones y fraudes que utilizan la identidad territorial como argumento de venta para productos que no la poseen.

 (4) acción colectiva a nivel local y los estímulos provenientes de instituciones públicas que generan sinergias en el medio rural y urbano.


  
Palabras clave: productos típicos, identidad, desarrollo rural, territorio

continuará




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