EL CIRCULO SECRETO – AUTOR: JORGE LUIS BORGES
HOMENAJE A XUL SOLAR
1887-1963
Vivimos de memoria, aceptamos dócilmente la realidad como si sus menores azares fueran inviolables y eternos; Xul Solar, a diferencia del común de los hombres, vivó modificándola. Pensadores y poetas han repetido que la vida es un sueño o sea que vivir y soñar son la misma cosa; nuestro amigo sintió que podemos dirigir ese sueño unánime y darle nuevas formas. Los irónicos dioses le depararon este país incrédulo y tímido, que aprueba todos los pareceres y todos los usos porque no cree mucho en ninguno. Ante su indiferencia u hostilidad, Xul abrazó el destino de proponer un sistema de reformas universales. Quiso recrear las religiones, la ética, la sociedad, la numeración, la escritura, los mecanismos del lenguaje, el vocabulario, las artes, los instrumentos y los juegos; el hecho de que sus radicales y lúcidas utopías no hallaron eco es un fracaso nuestro, no suyo. No hemos sabido merecerlo.
Si fuera necesario atribuir la obra pictórica de Xul a una escuela determinada, esa escuela sería el expresionismo, pero nadie ignora que las escuelas no pasan de ser meras ficciones útiles, cuando no estratagemas publicitarias, y que lo perdurable y esencial son los individuos. La obra de Xul no se ejecutó para ilustrar una teoría o para justificar un debate: la engendró una profunda necesidad. Íntimamente se asemeja al hombre que la hizo, caso nada común en este país. Xul pintó sus visiones; la gente admite visionarios de otras latitudes y de otras épocas, pero si están muy cerca los niega. En vida, esa negación lo alcanzó; ahora, que es parte del pasado, podemos ofrecerle el mismo respeto que ofrecemos a Blake, que también dibujó las extrañas cosas que descubrieron los ojos de su espíritu. A las virtudes místicas o fantásticas de su obra singular se agregan el incesante halago de los colores, de la levedad, de la geometría y de una especie de radiante ventura.
Amigo que no ha muerto, con quien alguna vez compartí las músicas verbales de Swinburne y de Johannes Becher y que me ayudó a penetrar en los laberintos de cabalistas y de gnósticos, gracias por esta renovada lección y por la lección de tu vida. Ambas con símbolos diversos nos dicen que nuestra cobardía y nuestra desidia tienen la culpa de que el mañana y el ayer sean iguales y que la imaginación y el amor podrían transformar el universo en el espacio de un segundo, si verdaderamente lo quisieran, y que el paraíso está aquí.
Octubre 1963
Un hombre homenajeando a otro hombre..................
Un grupo de hombres y mujeres comprendiendo nuestra ciudad,homenajeando a otros hombres y mujeres
Barrio Rawson................................
La ciudad como obra humana, como presencia de la creatividad humana frente a la naturaleza:
Construir es colaborar con la tierra, imprimir una marca humana en un paisaje que se modificará para siempre. (…) He multiplicado todo lo posible esas colmenas de la abeja humana.
(…) En un mundo que los bosques, el desierto, las llanuras incultas cubren en su mayor parte, resulta bello el espectáculo de una calle pavimentada, un templo dedicado a cualquier Dios, la tienda donde el barbero discute con sus clientes las noticias de Roma…(…) La ciudad; el marco, la construcción humana, monótona si se quiere pero como son monótonas las celdillas de cera henchidas de miel, el lugar de los intercambios y los contactos, la plaza a la que acuden los campesinos para vender sus productos y donde se quedan mirando boquiabiertos las pinturas de un pórtico…
No dejen de soñar
La Colo
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