Hacer para Descubrir

HACER PARA DESCUBRIR

El arquitecto debe dominar el espacio con los elementos que dispone, y hacerse de ingenio para solventar y solucionar su obra. Usar de los materiales para su obra y no de su obra para el uso de los materiales.

La Arquitectura de vanguardia es la que investiga sobre las problemáticas actuales a futuras, sean estas privadas o públicas.

El hombre no ha evolucionado conjuntamente con lo tecnológico y esto lo ha sobrepasado en algunos aspectos.

Cuando creíamos que la evolución había sido grande nos encontramos vacíos de contenido, sin visualizar un horizonte claro, con un apoyo teórico que lo refuerze y sin haber solucionado una problemática concreta de nuestros tiempos y su desarrollo:

“La urbe y la vivienda en relación de escala”.

En este siglo que recién comienza y en donde la tecnología tiene un desarrollo vertiginoso pareciera que el mundo evoluciona, pero a la vez la destrucción es el tema del día, la superficialidad aumenta constantemente y la velocidad de los medios nos enferma.

Es verdad que cada región tiene sus características y problemáticas especiales y eso es importante entenderlo, para realizar una visión objetiva de la problemática.

Una obra descontextualizada no sirve y es totalmente insignificante su presencia.

Hoy nos hablan de vanguardia y en realidad de lo único que hablamos es de museos, premios que se dan a los que hacen los museos y le dan alta performance en el uso de materiales.

“La obra se define por su alma, no por su innovación de materiales”.

La buena labor de un arquitecto no se mide sólo por el manejo exquisito del dinero sino, fundamentalmente, por la interpretación de una necesidad concreta plasmada con excelencia.

Lograr un clima de espiritualidad en una iglesia o un templo es tan valioso como el clima de calidez y refugio en una vivienda.

“La Arquitectura es útil al hombre como elemento-espacio, para resolver su bienestar, confort, socialización, protección, congregación, representación, etc. Y de esto nace su diversidad”.

La Arquitectura nos sirve, la usamos y la necesitamos, y en ella intervienen diversos factores.

El hombre se muestra, según su región y sus creencias, de distintas maneras. Pero su escencia es la misma y por eso podemos comprender las acciones, actitudes de cada uno de ellos.

Nuestros estudios nos deben llevar simplemente a entender un orden, una estructura necesaria, a obtener un sentido práctico y una profundidad en la mirada, porque esta irá en busca del espacio logrado como esencia, como espíritu de la cosa y no como objeto-modelo tridimensional constructivo.

Las formas del mundo exterior y su contemplación, nos ayudan a descubrir las cosas esenciales más profundas de nuestro interior.

El Artista en el rubro que más le plazca, es el que nos sirve de esas formas para poner en evidencia ante nosotros, lo verdadero, eso que nos conmueve a todos. Allí radica su poder y su belleza.

La arquitectura siempre fue y seguirá siendo una.

Por sí sola expresa, concluye una idea.

Nació por propia necesidad del Hombre para resolver con determinada inteligencia y sensibilidad, el mantener a Refugio a la raza humana: “Albergar”.

Esto no cambio.

Podemos estudiar obras de la antigüedad y ver que la forma de responder de los arquitectos es distinta a las que se fueron sucediendo con posterioridad, pero eso no indica que la esencia del trabajo se haya modificado.

La Arquitectura no cambia, solo cambia el cómo. A veces se nos confunde esta idea y es ahí donde las charlas se hacen vacías de contenido.

En lo profundo, encontramos las cosas en común, es ir a la semilla, a esa fuerza creadora y que nos liga al origen y a partir de allí, a toda esta producción de formas y estilos.

“Des-cubrir”,

Encontrar bajo todo este manto de exceso de información, lo que realmente es tuyo y propio, lo que subsiste y tiene la fuerza de lo verdadero, para lo cual comenzaremos juntos el recorrido más de Búsquedas que de Certezas, que se darán dentro de cada uno de ustedes a su debido tiempo.

Saber esperar ese tiempo, es acompañarlo de trabajo comprometido en el Hacer, en el camino hacia la belleza a la que algunos llaman cielo.

Cesar