viernes, agosto 27, 2010
Extracts of Local Distance
Extracts of Local Distance es un novedoso proyecto de collages arquitectonicos de Frederic Gmeiner, Torsten Posselt y Benjamin Maus. Cada uno de estos collages esta hecho de un sin fin de distintos fragmentos de fotografias arquitectonicas existentes, ensamblados en varios layers de distintas formas. El resultado introduce un punto de vista de tercera persona que complementa la vision del arquitecto y del fotografo arquitectonico.
Constant y La Internacional Situacionista
Constant y La Internacional Situacionista
Por Ethel Baraona Pohl
PUBLICADO EN: Teoria e Historia
Constant en su estudio, 1967
Hace un tiempo empezamos a hablar aquí de temas que se engloban dentro de la Historia de la Arquitectura, redescubriendo las Utopías de los años 60’s y 70’s o el trabajo de Lebbeus Woods. Ahora, siguiendo en esa línea, queremos hablar de un grupo que tal vez se conoce un poco menos, pero que no por ello ha dejado de ser importante. Relacionados con estos temas, haremos un recorrido por lo que fue La Internacional Situacionista y, en su vertiente más arquitectónica, el trabajo de Constant y su proyecto New Babylon.
Boceto de sector 1961-62
La Internacional Situacionista (IS) era una organización de artistas e intelectuales revolucionarios, fundada en el año 1957 a raíz de un encuentro entre diversos movimientos, que tuvo lugar en Cosio d’Arroscia (Italia). Entre sus fundadores se encontraban grupos como la Internacional Letrista, el Movimiento Internacional por un Bauhaus Imaginista (movimiento que surge en oposición a la doctrina funcionalista representada por la nueva Bauhaus de Ulm, dirigida por Max Bill. Con el se pretende retomar el carácter experimental y pluridisciplinar de la antigua Bauhaus y hacer de la industria un medio y no una finalidad en sí misma. Al abrigo de este movimiento) y la Asociación Psicogeográfica de Londres. Sus ideas y filosofía abarcan diversos campos que van más allá de la arquitectura: desde un activismo antiglobalización hasta tácticas de arte de guerrilla, su influencia aún permanece visible en nuestra cultura contemporánea. Su propósito es actualizar el marxismo a partir de una nueva dinámica, que incluye la crítica y la burla, e interviene en todos los aspectos de la actividad humana (sociología, urbanismo, arte, literatura, política).
Lo que acerca de forma importante este movimiento situacionista a la arquitectura actual, son varios conceptos intelectuales y artísticos que ahora resurgen dentro de nuestro lenguaje arquitectónico y de los que hablamos cada vez con mayor frecuencia. Términos como urbanismo unitario o sociedad del espectáculo forman parte de nuestro imaginario arquitectónico contemporáneo. Por ello, Constant tuvo un papel fundamental con el proyecto New Babylon, una ciudad nómada fuertemente influida por las culturas gitanas, estructurada sobre diversas plataformas móviles.
Vista de un sector, 1960
El manifiesto situacionista incluye frases como:
“Situación construida: Momento de la vida construido concreta y deliberadamente para la organización colectiva de un ambiente unitario y de un juego de acontecimientos.
Situacionista: Todo lo relacionado con la teoría o la actividad práctica de la construcción de situaciones. El que se dedica a construir situaciones. Miembro de la Internacional Situacionista.
Situacionismo: Vocablo carente de sentido, forjado abusivamente por derivación de la raíz anterior. No hay situacionismo, lo que significaría una doctrina de interpretación de los hechos existentes. La noción de situacionismo ha sido concebida evidentemente por los antisituacionistas.”(Publicado en el número 1 de “Internationale Situationniste”, 1 de junio de 1958).
Comienzo de planificación de una ciudad cubierta, 1959
Combinación de sectores, 1971
En 1956, el artista Constant Nieuwenhuys (conocido simplemente como Constant) comenzó a trabajar en una visionaria propuesta arquitectónica para la sociedad del futuro, proyecto al que dedicó más de 20 años de su carrera. Constant abandonó la pintura en 1953 y desde entonces se dedicó a estudiar temas constructivos, urbanos y utópicos. Durante estos años se convirtió en socio fundador de los Situacionistas. Es en esta época cuando realiza el proyecto antes mencionado, uno de los principales trabajos de arquitectura crítica y utópica de todos los tiempos -New Babylon: City for Another Life, llamado en aquellos años “la ciudad situacionista” debido a la polémica provocación que logró con su diseño.
Boceto de un laberinto móvil, 1968
“New Babylon, escribió Constant, no se detiene en ninguna parte (porque la tierra es redonda); no conoce fronteras (porque ya no hay economías nacionales), ni colectividades (porque la humanidad es fluctuante). Cualquier lugar es accesible a cada uno y a todos. Todo el planeta se convierte en la casa de los habitantes de la tierra. Cada cual cambia de lugar cuando lo desea. La vida es un viaje sin fin a través de un mundo que se transforma con tanta rapidez que cada vez parece diferente.”
Construcción de sector, 1959
Constant en su estudio, 1961
En el proyecto New Babylon se sientan los supuestos de un futuro nómada en un mundo sin fronteras. Una serie de maquetas sirvieron para expresar el espíritu de “the new babylon” un pueblo de nómadas a escala planetaria, donde bajo un gigantesco y único techo se construye colectivamente una residencia temporal formada por elementos desplazables, la cual se encontraría en constante remodelación. Estos elementos desplazables se encontraban superpuestos sobre las ciudades existentes a modo de gran détournement, práctica que la IS toma de su predecesora, la Internacional Letrista, y que consiste en reciclar/desviar/manipularelementos anteriores para una creación o significación nueva. Prácticas que hoy en día nos parecen bastante obvias, guiados por la filosofía del reciclaje y reutilización, pero que en aquellos años fueron lo suficientemente innovadoras como para sentar las bases de diversos parámetros modernos relacionados con la sostenibilidad.
Grupo de sectores, 1959
Gran sector amarillo, 1967
“El estudio de las leyes precisas y de los efectos exactos del medio geográfico, construido o no construido [para crear situaciones], en función de su influencia directa sobre el comportamiento afectivo de los individuos”
Guy Debord.
Soporte de un sector, 1960
Sección del gran sector amarillo, 1967
En 1962 se organiza una de las primeras y numerosas escisiones, por iniciativa de siete miembros disidentes (conocidos como los Seven Rebels: Nash, Fazakerley, Thorsen, De Jong, Elde’s Studio, Strid y Hans Peter Zimmer) la llamada Segunda Internacional Situacionista, que sin embargo no prosperará. Comúnmente se considera a la IS una de las principales impulsoras ideológicas de los acontecimientos sociales acaecidos en Francia en mayo de 1968. En 1972 la Internacional Situacionista se autodisuelve, pasando algunos de sus miembros a fundar en 1974 la llamada Antinacional Situacionista, de vida efímera.
Interior de New Babylon, 1960
Más información:
50 Years of Recuperation of the Situationist International, Escrito por McKenzie Wark:
http://www.amazon.com/Recuperation-Situationist-International-Project-Publications/dp/1568987897
Constant’s New Babylon, The Hyper-Architecture of Desire, Escrito por Mark Wigley, Constant, Witte de With:
http://books.google.co.uk/books?id=L7P_IXPXt98C
http://members.chello.nl/j.seegers1/situationist/
Terreno
Adjunto imagenes de acercamiento al area donde vamos a trabajar este cuatrimestre.
La idea, es encontrar el terreno. Entender en el contexto y proponer/justificar un lugar de intervención.
martes, agosto 24, 2010
La recuperación de la mirada
La recuperación de la mirada
El prestigioso novelista, crítico y artista plástico inglés, autor de Mirar y Modos de ver, entre otros, ofrece en exclusiva para Ñ el diario posterior a una operación de cataratas en el ojo izquierdo que le otorgó, en la madurez, un nuevo sentido de las distancias, los tamaños, las formas y los colores. "Los ojos comienzan a rememorar primeros momentos en una suerte de renacimiento visual", asegura.
Por: John Berger
BERGER: "Si trato de resumir la experiencia transformada de mirar, diría que es como encontrarse de golpe en una escena pintada por Vermeer."
1 de 2
Catarata, del griego "kataraktes", significa cascada grande de agua o compuerta, rastrillo de puerta de muralla, una obstrucción que cae desde arriba. Compuerta extirpada delante del ojo izquierdo. En el derecho, la catarata sigue.
Juego, mirando un objeto y cerrando después, primero el ojo izquierdo, luego el derecho. Las dos visiones son nítidamente distintas. Definir la(s) diferencia(s).
Con el ojo derecho solo, todo parece gastado, con el ojo izquierdo solo, todo parece nuevo. No me refiero a que el objeto mirado cambia su vejez evidente; sus signos de vejez o juventud relativa siguen siendo los mismos. Lo que cambia es la luz que cae sobre el objeto y que éste refleja. Es la luz lo que se renueva o –al disminuir – envejece.
La luz que hace posible la vida y lo visible. Tal vez aquí toquemos la metafísica de la luz (Viajar a la velocidad de la luz significa dejar atrás la dimensión temporal). Al caer, no importa sobre qué, la luz otorga una cualidad de "primeridad" que lo vuelve prístino aunque en realidad puede ser una montaña o un mar de equis millones de años. La luz existe como un continuo comienzo interminable. La oscuridad, en cambio, no es, como suele suponerse, una finalidad sino un preludio. Es lo que me dice mi ojo izquierdo que apenas puede distinguir los contornos todavía.
El color que volvió en un grado imprevisto es el azul. (El azul y el violeta con sus ondas cortas son desviados por la opacidad de la catarata.) No sólo los azules puros, también los azules que intervienen en otros colores. Los azules en ciertos verdes, en ciertos morados y magentas y en ciertos grises. Como si el cielo recordara su cita con los otros colores de la tierra.
Todos estos azules jugando con la luz crean el resplandor de la plata o el estaño. Un resplandor que no tiene nada que ver con el brillo sedado del oro o el cobre.
La plata es rápida –basta ver el mercurio. El resplandor plateado de los peces, del chorro de agua, de la luz del sol en las hojas. Para mi ojo izquierdo, las noches son ahora más oscuras debido al contraste más intenso con el resplandor de los días. El azul es también el color de la profundidad y la distancia.
Otra diferencia entre la visión de uno y otro ojo tiene que ver con la distancia. La compuerta se cierra. Con mi ojo izquierdo puedo salir y la distancia aumenta de dos maneras. Veo más lejos y, simultáneamente, toda medida de distancia se alarga: un kilómetro se vuelve más largo, como lo hace un centímetro. Me vuelvo más consciente del aire, del espacio, entre las cosas, porque ese espacio está lleno de luz como un vaso puede estar lleno de agua. Con cataratas, esté uno donde esté, siempre está, en cierto sentido, ¡adentro! Debido a mi mayor percepción del espacio, mi sentido de lo lateral –de lo que está pasando de izquierda a derecha, de lo que es paralelo al horizonte– es mayor. Soy más consciente de lo que está pasando frente a mí, distinto de lo que está dirigido a mí. Si la distancia se alarga, la anchura, a su vez, se ensancha.
Cada par de ojos inevitablemente debe cargar con su propio horizonte. Pero este sentido ampliado de anchura y de lo lateral lo estimula a uno a imaginar (como ocurre en la infancia) una multitud de horizontes alternativos. La compuerta cayó desde arriba. Los horizontes se extienden en todas direcciones. Detrás de mi ojo derecho cuelga una arpillera; detrás de mi ojo izquierdo hay un espejo. Por supuesto no veo ni la arpillera ni el espejo. Sin embargo, lo que miro refleja ostentosamente su diferencia. Ante la arpillera, lo invisible permanece indiferente; ante el espejo comienza a jugar.
30 de mayo. Bajo todos los criterios posibles, un cielo excepcionalmente azul en París. Alzo los ojos hacia un abeto y tengo la impresión de que los pequeños fragmentos fractales del cielo, que veo entre las masas de agujas de pino, son las flores azules de los árboles del color de las espuelas de caballero. El mercurio de la luz ahora se vuelve opalescente y perlado. Pero no disminuye para nada la cualidad de "primeridad" que otorga la luz. Como si la luz y lo iluminado llegaran al mismísimo instante. (¿No es ése acaso el secreto de la visibilidad?)
Mañana se cumplirán tres semanas de la operación. Si trato de resumir la experiencia transformada de mirar, diría que es como encontrarse de golpe en una escena pintada poróVermeer. Por ejemplo: Doncella vertiendo leche (Rijksmuseum, Amsterdam). Miramos esos objetos y el pan en la mesa donde está el recipiente en el cual la doncella vuelca la leche de un jarro, y la superficie de todo lo que miramos está cubierta por un velo de luz, gotas de luz de la primera mañana.
Más apuntes después de la operación de mi ojo derecho (26 de marzo de 2010), cuya catarata era más rígida y opaca.
Esta vez, la creciente de luz es menos específica y más generalizada. No es tanto que las cosas parezcan mejor iluminadas, sino más bien que soy agudamente consciente de que todo está rodeado de luz. El elemento de aire devino elemento de luz. Como los peces viven y nadan en agua: nosotros vivimos y nos movemos a través de la luz.
La luz ubicua recién descubierta es serena y silenciosa; ruidosas son las sombras y la oscuridad. La luz apoya su mano en mi espalda. No me doy vuelta porque desde hace mucho, mucho tiempo, reconozco su tacto. Es lo que primero vimos y nunca nombramos.
La eliminación de las cataratas es comparable a la eliminación de una forma particular de olvido. Los ojos comienzan a re-memorar primeros momentos. Y en ese sentido, lo que experimentan después de la intervención es una suerte de renacimiento visual. El papel blanco en el que estoy escribiendo hoy (2 días después de la operación) es más blanco que todo lo que me había acostumbrado a ver. Vuelvo a la cocina de mi madre en mi infancia: había blancos comparables sobre la mesa, en la pileta o en las estanterías. Y aquellos blancos del papel y la porcelana y el esmalte contenían una promesa que este papel blanco hoy rememora.
Aclaremos las implicaciones de lo que digo. Obviamente, a lo largo de muchas décadas después de mi infancia he visto hojas de papel blanco tan blancas como ésta. Pero poco a poco la blancura se atenuó sin que yo lo notara. Por consiguiente, lo que yo llamaba papel blanco, cambió, se volvió más tenue. Y lo que está ocurriendo esta tarde es que no me doy cuenta de esto con mi inteligencia, sino que la blancura del papel se precipita a mis ojos y mis ojos abrazan la blancura como un viejo amigo perdido.
Escribo sobre el papel con tinta negra. Y los negros (diferentes de los grises oscuros, los azules oscuros o los verdes o las sombras) han adquirido más peso, son más pesados. Otros colores destellan o se retraen o penetran pero los negros parece que hubieran sido depositados. Colocados encima. Y esto se relaciona con su peso. El negro de una sustancia natural –como el ébano, la obsidiana o la cromita– nunca es negro puro; otros colores se ocultan en su interior. Los negros aplicados son todos hechos por el hombre.
Antes de la operación, hice un dibujo en colores de una flor –un pensamiento azul. Lo hice de ese modo con la idea de hacer otro dibujo de la misma flor después de la operación.
Ninguno de los dibujos es una copia. Ambos son, por supuesto, interpretaciones de lo que veo. No surgieron directos de las retinas de mis ojos. De todos modos constato que la diferencia entre ellos es similar a la diferencia entre lo que percibía antes y después de la extirpación de la catarata.
Cuando los comparo ahora es como si en el primer dibujo yo hubiera registrado fielmente una secuencia de notas musicales sin ser capaz de oír las vibraciones de sus sonidos físicos. En el segundo dibujo, las vibraciones de esas notas estaban ante mis ojos.
La estructura y la forma de la flor no cambiaron, como tampoco la lógica botánica de su colorido. Lo que cambió es la intimidad de su colorido. Sus colores se desnudaron ante mis ojos.
Después de esta operación, a diferencia de la primera, el ojo curado, una o dos horas después de la intervención, empezó a dolerme y el dolor continuó aproximadamente un día. Con calmantes suaves era muy tolerable. El paso por ese pequeño dolor fue inseparable de mi viaje hacia un mundo recién visible. Salí del dolor al umbral de una nueva visibilidad.
Una intervención quirúrgica para extirpar las cataratas devuelve a los ojos buena parte de su talento perdido. Talento, no obstante, implica invariablemente cierta cantidad de esfuerzo y resistencia como también gracia y beneficio. Y por esa razón la nueva visibilidad representó para mí no sólo un don sino un logro. Principalmente, el logro de los médicos y las enfermeras que realizaron la intervención y también, en grado un poco menor, el logro de mi cuerpo.
El dolor me hizo tomar conciencia de eso.
Al abrir un diccionario y consultarlo, volvemos a descubrir o descubrimos por primera vez, la precisión de una palabra. La precisión de lo que denota, pero también el lugar preciso de la palabra en la diversidad del lenguaje.
Con las dos cataratas eliminadas, lo que veo con mis ojos es ahora como un diccionario que puedo consultar sobre la precisión de las cosas. La cosa en sí, y también su lugar entre otras cosas.
Soy mucho más consciente de la escala comparativa: lo pequeño se vuelve más pequeño, lo grande más grande, lo inmenso más inmenso. Y lo mismo sucede, no sólo con las cosas, sino con los espacios. Lo pequeño se vuelve más íntimo, lo grande más amplio. Y es porque los detalles –el gris exacto del cielo en determinada dirección, la forma en que un nudillo se arruga cuando una mano está relajada, la ladera de un campo verde a un lado distante de una casa– esos detalles reasumen una significación olvidada.
Regresó, maravillosamente, la heterogeneidad ordinaria de lo existente. Y los dos ojos, eliminadas las compuertas, una y otra vez, registran sorpresa.
Traducción de Cristina Sardoy.
© John Berger y Clarín, 2010.
El prestigioso novelista, crítico y artista plástico inglés, autor de Mirar y Modos de ver, entre otros, ofrece en exclusiva para Ñ el diario posterior a una operación de cataratas en el ojo izquierdo que le otorgó, en la madurez, un nuevo sentido de las distancias, los tamaños, las formas y los colores. "Los ojos comienzan a rememorar primeros momentos en una suerte de renacimiento visual", asegura.
Por: John Berger
BERGER: "Si trato de resumir la experiencia transformada de mirar, diría que es como encontrarse de golpe en una escena pintada por Vermeer."
1 de 2
Catarata, del griego "kataraktes", significa cascada grande de agua o compuerta, rastrillo de puerta de muralla, una obstrucción que cae desde arriba. Compuerta extirpada delante del ojo izquierdo. En el derecho, la catarata sigue.
Juego, mirando un objeto y cerrando después, primero el ojo izquierdo, luego el derecho. Las dos visiones son nítidamente distintas. Definir la(s) diferencia(s).
Con el ojo derecho solo, todo parece gastado, con el ojo izquierdo solo, todo parece nuevo. No me refiero a que el objeto mirado cambia su vejez evidente; sus signos de vejez o juventud relativa siguen siendo los mismos. Lo que cambia es la luz que cae sobre el objeto y que éste refleja. Es la luz lo que se renueva o –al disminuir – envejece.
La luz que hace posible la vida y lo visible. Tal vez aquí toquemos la metafísica de la luz (Viajar a la velocidad de la luz significa dejar atrás la dimensión temporal). Al caer, no importa sobre qué, la luz otorga una cualidad de "primeridad" que lo vuelve prístino aunque en realidad puede ser una montaña o un mar de equis millones de años. La luz existe como un continuo comienzo interminable. La oscuridad, en cambio, no es, como suele suponerse, una finalidad sino un preludio. Es lo que me dice mi ojo izquierdo que apenas puede distinguir los contornos todavía.
El color que volvió en un grado imprevisto es el azul. (El azul y el violeta con sus ondas cortas son desviados por la opacidad de la catarata.) No sólo los azules puros, también los azules que intervienen en otros colores. Los azules en ciertos verdes, en ciertos morados y magentas y en ciertos grises. Como si el cielo recordara su cita con los otros colores de la tierra.
Todos estos azules jugando con la luz crean el resplandor de la plata o el estaño. Un resplandor que no tiene nada que ver con el brillo sedado del oro o el cobre.
La plata es rápida –basta ver el mercurio. El resplandor plateado de los peces, del chorro de agua, de la luz del sol en las hojas. Para mi ojo izquierdo, las noches son ahora más oscuras debido al contraste más intenso con el resplandor de los días. El azul es también el color de la profundidad y la distancia.
Otra diferencia entre la visión de uno y otro ojo tiene que ver con la distancia. La compuerta se cierra. Con mi ojo izquierdo puedo salir y la distancia aumenta de dos maneras. Veo más lejos y, simultáneamente, toda medida de distancia se alarga: un kilómetro se vuelve más largo, como lo hace un centímetro. Me vuelvo más consciente del aire, del espacio, entre las cosas, porque ese espacio está lleno de luz como un vaso puede estar lleno de agua. Con cataratas, esté uno donde esté, siempre está, en cierto sentido, ¡adentro! Debido a mi mayor percepción del espacio, mi sentido de lo lateral –de lo que está pasando de izquierda a derecha, de lo que es paralelo al horizonte– es mayor. Soy más consciente de lo que está pasando frente a mí, distinto de lo que está dirigido a mí. Si la distancia se alarga, la anchura, a su vez, se ensancha.
Cada par de ojos inevitablemente debe cargar con su propio horizonte. Pero este sentido ampliado de anchura y de lo lateral lo estimula a uno a imaginar (como ocurre en la infancia) una multitud de horizontes alternativos. La compuerta cayó desde arriba. Los horizontes se extienden en todas direcciones. Detrás de mi ojo derecho cuelga una arpillera; detrás de mi ojo izquierdo hay un espejo. Por supuesto no veo ni la arpillera ni el espejo. Sin embargo, lo que miro refleja ostentosamente su diferencia. Ante la arpillera, lo invisible permanece indiferente; ante el espejo comienza a jugar.
30 de mayo. Bajo todos los criterios posibles, un cielo excepcionalmente azul en París. Alzo los ojos hacia un abeto y tengo la impresión de que los pequeños fragmentos fractales del cielo, que veo entre las masas de agujas de pino, son las flores azules de los árboles del color de las espuelas de caballero. El mercurio de la luz ahora se vuelve opalescente y perlado. Pero no disminuye para nada la cualidad de "primeridad" que otorga la luz. Como si la luz y lo iluminado llegaran al mismísimo instante. (¿No es ése acaso el secreto de la visibilidad?)
Mañana se cumplirán tres semanas de la operación. Si trato de resumir la experiencia transformada de mirar, diría que es como encontrarse de golpe en una escena pintada poróVermeer. Por ejemplo: Doncella vertiendo leche (Rijksmuseum, Amsterdam). Miramos esos objetos y el pan en la mesa donde está el recipiente en el cual la doncella vuelca la leche de un jarro, y la superficie de todo lo que miramos está cubierta por un velo de luz, gotas de luz de la primera mañana.
Más apuntes después de la operación de mi ojo derecho (26 de marzo de 2010), cuya catarata era más rígida y opaca.
Esta vez, la creciente de luz es menos específica y más generalizada. No es tanto que las cosas parezcan mejor iluminadas, sino más bien que soy agudamente consciente de que todo está rodeado de luz. El elemento de aire devino elemento de luz. Como los peces viven y nadan en agua: nosotros vivimos y nos movemos a través de la luz.
La luz ubicua recién descubierta es serena y silenciosa; ruidosas son las sombras y la oscuridad. La luz apoya su mano en mi espalda. No me doy vuelta porque desde hace mucho, mucho tiempo, reconozco su tacto. Es lo que primero vimos y nunca nombramos.
La eliminación de las cataratas es comparable a la eliminación de una forma particular de olvido. Los ojos comienzan a re-memorar primeros momentos. Y en ese sentido, lo que experimentan después de la intervención es una suerte de renacimiento visual. El papel blanco en el que estoy escribiendo hoy (2 días después de la operación) es más blanco que todo lo que me había acostumbrado a ver. Vuelvo a la cocina de mi madre en mi infancia: había blancos comparables sobre la mesa, en la pileta o en las estanterías. Y aquellos blancos del papel y la porcelana y el esmalte contenían una promesa que este papel blanco hoy rememora.
Aclaremos las implicaciones de lo que digo. Obviamente, a lo largo de muchas décadas después de mi infancia he visto hojas de papel blanco tan blancas como ésta. Pero poco a poco la blancura se atenuó sin que yo lo notara. Por consiguiente, lo que yo llamaba papel blanco, cambió, se volvió más tenue. Y lo que está ocurriendo esta tarde es que no me doy cuenta de esto con mi inteligencia, sino que la blancura del papel se precipita a mis ojos y mis ojos abrazan la blancura como un viejo amigo perdido.
Escribo sobre el papel con tinta negra. Y los negros (diferentes de los grises oscuros, los azules oscuros o los verdes o las sombras) han adquirido más peso, son más pesados. Otros colores destellan o se retraen o penetran pero los negros parece que hubieran sido depositados. Colocados encima. Y esto se relaciona con su peso. El negro de una sustancia natural –como el ébano, la obsidiana o la cromita– nunca es negro puro; otros colores se ocultan en su interior. Los negros aplicados son todos hechos por el hombre.
Antes de la operación, hice un dibujo en colores de una flor –un pensamiento azul. Lo hice de ese modo con la idea de hacer otro dibujo de la misma flor después de la operación.
Ninguno de los dibujos es una copia. Ambos son, por supuesto, interpretaciones de lo que veo. No surgieron directos de las retinas de mis ojos. De todos modos constato que la diferencia entre ellos es similar a la diferencia entre lo que percibía antes y después de la extirpación de la catarata.
Cuando los comparo ahora es como si en el primer dibujo yo hubiera registrado fielmente una secuencia de notas musicales sin ser capaz de oír las vibraciones de sus sonidos físicos. En el segundo dibujo, las vibraciones de esas notas estaban ante mis ojos.
La estructura y la forma de la flor no cambiaron, como tampoco la lógica botánica de su colorido. Lo que cambió es la intimidad de su colorido. Sus colores se desnudaron ante mis ojos.
Después de esta operación, a diferencia de la primera, el ojo curado, una o dos horas después de la intervención, empezó a dolerme y el dolor continuó aproximadamente un día. Con calmantes suaves era muy tolerable. El paso por ese pequeño dolor fue inseparable de mi viaje hacia un mundo recién visible. Salí del dolor al umbral de una nueva visibilidad.
Una intervención quirúrgica para extirpar las cataratas devuelve a los ojos buena parte de su talento perdido. Talento, no obstante, implica invariablemente cierta cantidad de esfuerzo y resistencia como también gracia y beneficio. Y por esa razón la nueva visibilidad representó para mí no sólo un don sino un logro. Principalmente, el logro de los médicos y las enfermeras que realizaron la intervención y también, en grado un poco menor, el logro de mi cuerpo.
El dolor me hizo tomar conciencia de eso.
Al abrir un diccionario y consultarlo, volvemos a descubrir o descubrimos por primera vez, la precisión de una palabra. La precisión de lo que denota, pero también el lugar preciso de la palabra en la diversidad del lenguaje.
Con las dos cataratas eliminadas, lo que veo con mis ojos es ahora como un diccionario que puedo consultar sobre la precisión de las cosas. La cosa en sí, y también su lugar entre otras cosas.
Soy mucho más consciente de la escala comparativa: lo pequeño se vuelve más pequeño, lo grande más grande, lo inmenso más inmenso. Y lo mismo sucede, no sólo con las cosas, sino con los espacios. Lo pequeño se vuelve más íntimo, lo grande más amplio. Y es porque los detalles –el gris exacto del cielo en determinada dirección, la forma en que un nudillo se arruga cuando una mano está relajada, la ladera de un campo verde a un lado distante de una casa– esos detalles reasumen una significación olvidada.
Regresó, maravillosamente, la heterogeneidad ordinaria de lo existente. Y los dos ojos, eliminadas las compuertas, una y otra vez, registran sorpresa.
Traducción de Cristina Sardoy.
© John Berger y Clarín, 2010.
lunes, agosto 23, 2010
Entrega Caja Espacial
Alumnos Arquitectura 1,
El dia de hoy lunes va a haber en el ambito de la catedra varios eventos, que queremos que participen activamente.
El primero es la charla que dará Carlos Sandoval sobre su proyecto Yacutinga. Esto sera en el aula 317.
Y hoy tambien se jurara el concurso de Arquitectura 4, donde estarán como jurados docentes de nuestro año.
Por lo que la entrega del dia de hoy se mueve para el dia lunes siguiente, 30 de Agosto.
Queremos que esta entrega sea de caracter publico y podamos contar con Marcelo, por lo que es conveniente
entregar para este dia. El dia jueves aprovecharemos para corregir, y muy probable tener otra charla sobre el tema que estamos trabajando.
Atte.
Fabián
El dia de hoy lunes va a haber en el ambito de la catedra varios eventos, que queremos que participen activamente.
El primero es la charla que dará Carlos Sandoval sobre su proyecto Yacutinga. Esto sera en el aula 317.
Y hoy tambien se jurara el concurso de Arquitectura 4, donde estarán como jurados docentes de nuestro año.
Por lo que la entrega del dia de hoy se mueve para el dia lunes siguiente, 30 de Agosto.
Queremos que esta entrega sea de caracter publico y podamos contar con Marcelo, por lo que es conveniente
entregar para este dia. El dia jueves aprovecharemos para corregir, y muy probable tener otra charla sobre el tema que estamos trabajando.
Atte.
Fabián
viernes, agosto 20, 2010
La ronda de noche(Peter Greenaway - 2007)
La ronda de noche(Peter Greenaway - 2007)
2:15:23 -
Título original: Nightwatching Nacionalidad: Canadá, Reino Unido, Polonia, Holanda Año: 2007 Género: Drama Formato: Color Duración: 135 mins Director: Peter Greenaway Guión: Peter Greenaway Fotografía: Reinier Van Brummelen Música: Wlodek Pawlik Montaje: Karen Porter Productores: Kees Kasander Distribuidora: Coproducción GB-Polonia-Canadá-Holanda Reparto: Martin Freeman, Emily Holmes, Eva Birthistle, Jodhi May, Toby Jones, Natalie Press, Jonathan Holmes, Michael Teigen, Agata Buzek, Kevin McNulty, Anna Antonowicz Sinopsis Retrata un periodo trágico de la vida del pintor Rembrandt van Rijn, cuando el artista pierde a su mujer y a sus tres hijos. En esa época, hacia 1642, es cuando -por encargo- pinta uno de sus cuadros más conocidos, 'The Night Watch' (La ronda de noche), el lienzo que refleja la conspiración de un vil asesinato.
Greenaway Boullée Piranesi Yoyoma
Estractos de la charla dada por Stella Antello.
Representación
Hacer presente una cosa en la mente por medio de signos, imágenes o imitaciones: las letras representan los sonidos.
Siempre es un recorte la representacion nos valemos de un recorte
hoy 2 exponentes Y/ G
recrean o Reinterpretan obras del pasado pero lo que estamos descubriendo que toda historia es historia contemporanea - B Croce
YoYOma//Bach//Piranesi
Greenaway//Boullee// Piranesi
Formas de mirar
La ilustracion
Newton
El arte de razonar es a partir de la comparación
Condillac
El espiritu humano se explica x 1/2 de la experiencia y el conocimiento que se formas a partir de las sensaciones
Comprendemos cuando sentimos
Yoyoma
Si podemos habitar imágenes que tenemos en nuestra mente tambien podemos tocar musica en ellas. A partir de su visión podemos ver la fuerza de la experiencia sensible.
Greenaway
Transmite atraves de claves secretas y esotéricas - adora el SXVII por que había una filosofía que combinaba el examen poético de la naturaleza (Newton) y una visión espiritual del universo Condillac (puedo sentir y percibir )
Boullee
Influenciado por el pensamiento de Montesquieu, Voltarie y Rousseau, el arquitecto utópico Étienne-Louis Boullée (1728 — 1799) creó una “arquitectura del discurso” con intenciones pedagógicas cercanas al ideal de la Ilustración.
Formas que sinteticen ideas
El arq de la sin razon
Inspirado por la arquitectura clásica grecorromana, su planteamiento fue una propuesta de retorno a la fuentes, y con ellas al uso renovado de las formas geométricas fundamentales: el cubo, la esfera, la pirámide.
Este artista de la Francia neoclásica fue un visionario cuya obra ha tenido influencia en los arq contemporaneos
“la arquitectrta es forma luz,proporcion ,que configuran el sueño humano”
inagura un nuevo modo de pensar en la era de la razon donde sus contemporaneos sostenian Pienso luego existo.
GW+Boulle
Construye la imagen por una sucesión de planos
Planos largos
Planos fijos
Aprece la distancia y el espesor de la imagen
Vtas tras Vtas El reencuadre
Tomas frontales
Hay distintos tiempos en lo grafico y en el cine
El movimiento introduce la temporalidad en la imagen Es la forma que se representa el tiempo
Momento de escena ( La FOTO)
Instante fugitivo El Cine representa un acontecimiento por medio de momentos sucesivos
La luz es una gran aliada
Algo comun entre el cine y perspectiva Ambos se dan sobre una sup plana de 2 dimensiones que intenta reproducir un espacio tridimensional
La imagen en el cine
GW la geometria gralmente no usa la diagonal x su velocidad (tiende irse fuera del cuadro
El encuadre
La profundidad de campo
Aparece el espesor de la imagen
miércoles, agosto 18, 2010
Yacutinga . Charla arquitectura-ámbito
Estimados:
Este próximo lunes 23 de agosto nos visita en la facu Carlos Sandoval, ambientalista mentor del "Yacutinga" , un excelente ejemplo de lo que hemos dado en llamar arquitectura-ámbito.
Estará brindándonos una charla al respecto y luego se integrará al cuerpo de jurados que este año fallarán el concurso Selva.
La cita es a las 19.45hs en el aula 317.
Recomiendo muy especialmente asistencia y puntualidad ya que Carlos nos visita desde Misiones y es esencial que podamos realizar las dos actividades.
Marcelo
lunes, agosto 16, 2010
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